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Aquel primer boceto nació en solo 12 dÃas de trabajo
intenso y largas noches del joven economista de BahÃa Blanca que el año pasado
ganó un concurso de innovación de la ciudad de Buenos Aires para llegar a la meca
de la tecnologÃa.
El examen rutero de 700 kilómetros,
realizado por primera vez esta semana, fue superado en forma satisfactoria y
alienta a seguir con el desafÃo de estandarizar la idea, para llevarla a todos
lados, con su gran beneficio en materia de ahorro energético y menos
contaminación del medio ambiente.
"No va a ser un auto para uso doméstico. Requiere de
un uso continuo para asegurar su amortización". El proyecto está pensado para
vehÃculos utilitarios o de carga.
AsÃ, aquel diseño desarrollado junto a un mexicano y
un chileno en Estados Unidos, tuvo continuidad desde la Semana Santa pasada,
cuando el gobierno de la Ciudad
le dio una camioneta para que la adaptara.
Desde aquel momento y casi sin parar ningún fin de
semana, cuando finalice su puesta a punto, serÃa utilizado por el gobierno
porteño para realizar controles de alcoholemia en la ciudad. "Es ideal para los
vehÃculos de mucho uso urbano".
Su prototipo tiene dos tipos de propulsión: un motor
eléctrico, alimentado con cuatro baterÃas y otro a diesel, aunque también
podrÃa utilizarse con nafta. Los motores se alternan automáticamente, según
convenga para ahorrar energÃa y por ecologÃa. Por ejemplo, al momento del
arranque se enciende el eléctrico, porque en ese momento es cuando los motores
de explosión más contaminan.
La idea de Valente es que su desarrollo se cristalice
en "n kit de conversión y visualizamos que a mediano plazo uno pueda ir,
adquirirlo, dejarlo en un taller y que a las horas, salga manejando un
hÃbrido".
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